Con el paso del tiempo, la creatividad ha ido ganándose un puesto en el seno de las sociedades actuales. Incluso, el Parlamento Europeo declaró el 2009 como el Año Europeo de la Creatividad y la Innovación (Decisión nº 1350/2008/CE), afirmando que el progreso de las sociedades depende de las personas creativas. Con esta iniciativa se buscó que las sociedades europeas apostasen por la creatividad y la innovación para así ser pioneras en la evolución, en lugar de simplemente sobrellevarla. A través de esta decisión, se argumentó que el pensamiento creativo beneficia a todos los contextos: laboral, escolar y social. La creatividad en sí misma implica el progreso, el potencial humano, la transformación social y la construcción de sociedades con iniciativa y capaces de resolver problemas (Fernández Díaz et al., 2019). Por ello, una de las finalidades que tiene la educación es potenciar el desarrollo de la creatividad en su alumnado. Actualmente, es PISA (PISA, 2022) quien le ha dado el papel que se merece a esta capacidad. En esta ponencia analizaremos cómo el pensamiento creativo refuerza la capacidad resolución de problemas, de aprender a través de la indagación y el descubrimiento, ayudando al alumnado a enfrentarse a retos del siglo XXI de forma más efectiva y satisfactoria. El fomento de la creación y de la innovación es una condición previa para que funcione el triángulo del conocimiento: educación, investigación e innovación.

Las últimas cifras sobre la competencia lectora de los estudiantes españoles en PISA (Programme for International Student Assessment) han registrado una preocupante caída, lo que vuelve a ser motivo de debate en el ámbito político y educativo actual. Además, PISA acaba de evaluar recientemente la creatividad del alumnado al final de su educación obligatoria. Este nuevo desafío en PISA 2022 busca medir la habilidad de los estudiantes para enfrentar las necesidades de un mundo en constante cambio, donde la innovación y la creatividad son aspectos fundamentales para la adaptación. En tercer lugar, el surgimiento de ChatGPT generó un intenso debate sobre la inteligencia artificial (IA), que se mantiene en un punto crítico con respecto al uso ético de los numerosos sistemas de IA disponibles para la sociedad y, concretamente, para los estudiantes de todos los niveles educativos. Frente a la situación descrita, este estudio persigue fomentar acciones que incorporen en la enseñanza de manera conectada el impulso de la comprensión lectora, el pensamiento creativo y la alfabetización en IA. Sus métodos de enseñanza necesitan ser reorientados de manera interrelacionada para fomentar nuevas modalidades de aprendizaje.

La creatividad es una competencia clave del siglo XXI, que ha adquirido un papel fundamental en los contextos escolares, laborales y sociales. Tradicionalmente, esta capacidad ha sido considerada de dominio general. No obstante, se ha puesto de manifiesto las diferencias producidas en la misma en los distintos ámbitos del conocimiento, lo que ha dado lugar a los dominios específicos de la creatividad. Uno de estos dominios específicos es la creatividad verbal. En la actualidad, la mayoría de instrumentos que miden la creatividad lo hacen desde un punto de vista general. Por esta razón, se vuelve necesario el diseño y validación de un instrumento que mida la creatividad verbal desde la comprensión de textos. El test de pensamiento creativo verbal (TPCV) pretende dar respuesta a este problema de investigación. Por ello, el objetivo principal de este estudio fue validar a nivel de constructo el TPCV. En esta investigación instrumental participaron individuos de edades comprendidas entre nueve y 12 años, es decir, alumnado de 4.º, 5.º y 6.º de Primaria de centros de educación infantil y primaria de la Región de Murcia. A partir de los datos proporcionados por estos individuos, se realizó un análisis factorial que determinó la estructura factorial del TPCV.

Tradicionalmente el concepto de creatividad se ha atribuido a los genios desde los distintos campos de conocimiento. Sin embargo, en la actualidad esta concepción se ha renovado para dar lugar a la importancia de desarrollar dicha habilidad transversalmente desde los distintos contextos: educativo, social y familiar. En ese sentido, el campo de la lengua y la literatura surge como un campo en el que, mediante la mejora de la competencia comunicativa, se atiende ya no solo a la expresión emocional del alumnado sino que también a su competencia creativa. El club literario surge como una forma de dar cabida al desarrollo creativo, comunicativo y socioemocional tanto dentro como fuera del aula. Como conclusión, se propone que la mejora de dichos aspectos tendrá lugar mediante la puesta en práctica de situaciones de aprendizaje donde emplear diversos tipos de texto junto con estrategias creativo-emocionales, enmarcadas en dicho club literario, como el diseño de desafíos educativos o escape rooms literarios (Abellán, De Vicente Yagüe, López Martínez, 2024), producciones creativas y cooperativas, técnicas de generación de ideas o de escritura creativa, entre otras. Asimismo, se desarrollarán no solo las habilidades creativo-emocionales del alumnado sino que también su motivación, así como su grado de flow.

La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, en su artículo 2, tiene entre sus fines «el desarrollo de la capacidad de los alumnos para regular su propio aprendizaje, confiar en sus aptitudes y conocimientos, así como para desarrollar la creatividad, la iniciativa personal y el espíritu emprendedor». Siendo así, uno de nuestros objetivos como docentes es desarrollar la actividad creadora del alumnado mediante las distintas materias de estudio. Para ello, en las programaciones docentes deben incorporarse planes de intervención en el aula que desarrollen aspectos de la inteligencia como la creatividad o la emocionalidad. De esta forma, los alumnos serían más que estudiantes: pensadores, productores de nuevos conocimientos, generadores de información, creadores de nuevas realidades. Se presentará un modelo sobre cómo se puede trabajar la creatividad a partir de los saberes básicos de la asignatura de lengua castellana y literatura en Educación Secundaria Obligatoria. A través de la comunicación oral y la lectura, se trabajará la expresión escrita poniendo en práctica la creatividad. Con esta propuesta perseguimos también otro de los fines de la educación: «el pleno desarrollo de la personalidad y de las capacidades afectivas del alumnado», con el objetivo de que nuestros alumnos sean todo lo que son.