Durante los últimos años se está produciendo una importante transformación en la oferta y la demanda de servicios sexuales remunerados. Uno de los factores que ha contribuido a esta evolución son los avances tecnológicos en la comunicación que, junto al vacío legal que caracteriza al ciberespacio, han creado las condiciones ideales para el surgimiento de nuevas formas de prostitución, entre las que se destacan los fenómenos conocidos como ‘Sugar Dating’ y ‘Only Fans’. A pesar de que en el feminismo académico se encuentra ampliamente aceptado que ambos fenómenos son formas encubiertas de prostitución, la población general podría no percibirlo como tal; esto se debe a que bajo el paradigma de la libertad sexual se promueve la idea de que la explotación de la sexualidad femenina es fruto de la libre elección. A pesar de la relevancia de la temática, son limitados los estudios que han examinado esta cuestión, especialmente en España. Con el propósito de contribuir a este ámbito, el presente estudio examina la opinión pública hacia las nuevas formas de comercialización del sexo (i.e., ‘Sugar Dating’ y ‘Only Fans’) en una muestra compuesta por estudiantes de la Universidad de Castilla-La Mancha. Se espera que los hallazgos de esta investigación pongan de manifiesto que el estudiantado universitario conocía estos fenómenos antes de su participación en el estudio. También se espera que presenten ciertas dificultades para identificar estos fenómenos como verdaderas formas de prostitución. Se espera que los hallazgos contribuyan a este ámbito de estudio al arrojar evidencias sólidas sobre la percepción de los estudiantes universitarios en torno a las nuevas formas de comercialización del sexo. Al mismo tiempo, se prevé que los hallazgos de esta investigación puedan orientar el diseño de campañas de sensibilización sobre los riesgos asociados a las nuevas formas de comercialización del sexo.

En Uruguay los abordajes territoriales de los problemas asociados a los usos de drogas han encontrado su “buque insignia” en el Programa Aleros. Este programa, financiado por el Estado desde el año 2012, consiste en un conjunto de equipos de proximidad que desarrollan intervenciones inspiradas en el tratamiento comunitario, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las personas con consumo problemático de drogas en situaciones de alta vulnerabilidad, teniendo entre sus cometidos aumentar la accesibilidad a otros dispositivos de la red. Entre las múltiples tareas asumidas se encuentran la captación de situaciones y la promoción de redes institucionales, sociales y locales, desde una perspectiva integral que prioriza acciones preventivas, asistenciales y de inclusión. A pesar de que los desarrollos, alcances y logros de este programa han propiciado la evolución y fortalecimiento de las estrategias de reducción de daños en la formulación de políticas específicas, su déficit más ostensible ha sido la incorporación de la perspectiva de género en la orientación general de sus acciones y estrategias; y esta carencia ha generado puntos ciegos en sus interpretaciones y evaluaciones. Integrar la dimensión de género no solo responde a un imperativo de justicia social, si no que también constituye una estrategia práctica para incrementar la eficacia de las políticas y programas de drogas. Reconocer las diferencias en las experiencias de usos y abusos de drogas entre géneros permite diseñar intervenciones más adecuadas y promover un acceso equitativo a los recursos, contribuyendo a un sistema de salud más justo y equilibrado. A continuación se presentan los resultados parciales de una investigación sobre los procesos de institucionalización de este programa.

En los últimos años, el consentimiento sexual se ha puesto en el centro del análisis de las agresiones sexuales contra las mujeres en nuestro país. Esto ha desembocado en una modificación sustancial de la legislación penal, adoptando la corriente del consentimiento afirmativo. Sin embargo, su papel en la práctica de comportamientos violentos ampliamente normalizados en las relaciones sexuales cotidianas ha recibido menos atención por parte de la investigación social. Además, el consentimiento sexual cuenta con múltiples matices que deberían ser analizados en conjunto, como son el deseo y el disfrute de determinadas prácticas. De esta manera, la presente investigación tiene como objetivo analizar el consentimiento, el deseo y el disfrute de prácticas violentas durante las relaciones sexuales cotidianas. Para ello, se contó con una muestra compuesta por panelistas residentes en Castilla-La Mancha mayores de 16 años (N = 1.003; 49,3% mujeres; M = 45,5 años). A las personas encuestadas se les preguntó por la práctica de cuatro comportamientos sexuales de carácter violento, como fueron azotar en el culo, tirar del pelo, decir palabras obscenas y agarrar con fuerza por el cuello. Quiere destacarse que las preguntas de seguimiento fueron ligeramente distintas en las personas que realizaron estos comportamientos (i.e., consentimiento, ideación y disfrute) y en las personas que los recibieron (i.e., consentimiento, deseo y disfrute). Además, se incorporaron otras características sociodemográficas, personales y actitudinales de las personas encuestadas. Se espera que los resultados de esta investigación arrojen luz sobre la presencia explícita de consentimiento en la realización de dichas prácticas, así como su relación con el deseo de realizarlas y la medida en que se disfruta de las mismas. Asimismo, se espera que estos hallazgos puedan ser empleados en el diseño de programas de educación sexual y programas de intervención orientados a erradicar la violencia sexual contra las mujeres.

El deterioro en la salud psicológica de las mujeres en pandemia ha sido corroborado por diferentes estudios (Fernández-Abascal y Martín-Díaz, 2021). Y ello pese a la evidencia de que las mujeres suelen percibir y expresar de forma adecuada sus emociones ( Martins et al., 2010). De hecho, algunos estudios han constatado (Martínez-Marín y Martínez, 2019) que las mujeres tienden a identificar bien sus emociones y las de los demás, prestarles atención y, en menor medida, a regular las mismas. Además, la relación entre IE y bienestar o distrés psicológico se ha manifestado en distintos estudios tanto nacionales como europeos o norteamericanos. Esta relación positiva nos informa de que a mayor y mejor manejo de las emociones mayor es el grado de bienestar que se puede experimentar en las relaciones sociales. La excepcionalidad que supuso la situación de pandemia mundial permite también indagar las estrategias de afrontamiento que las mujeres activaron, dado el carácter contextual que las mismas presentan. Esta ponencia presenta los resultados de los análisis realizados sobre un total de 407 participantes en los que se demuestra la mediación de las estrategias de afrontamiento en la relación entre IE y distrés psicológico. Los datos de la encuesta, realizada en los meses del confinamiento del año 2020, nos permiten afirmar que las estrategias centradas en el problema (auto-distracción) y las centradas en la emoción (apoyo emocional) ejercen efectos indirectos sobre el distrés. Mientras la primera aumenta el distrés psicológico, la segunda lo disminuye.

Se han explorado las razones justificadoras del consumo de prostitución y el sexo de pago, defendiendo ciertos motivos para ello (diversión, satisfacción inmediata, ausencia de compromiso, cumplir fantasías o experimentar sexualmente) (Villancout-Morel, Blas-Lecours, Lobadie, Bergeron, Sabourin y Godbout, 2017; Castro-Calvo, García-Barba, Gil-Julia, y Ballester-Anal, 2018; Meneses, Rua y Uroz, 2018; Brent et al., 2020). En función de estas, la literatura perfila diferentes tipologías de consumidores representados por la dominación, como parte de una masculinidad basada en la satisfacción de necesidades o el riesgo, o la sociabilidad de los demandantes de sexo por diversión y ocio (Szil, 2004; Gómez-Suarez y Verdugo-Martés 2015; Meneses, Rúa y Uroz, 2018 Ranea, 2019). Objetivo: analizar los motivos justificadores del consumo de prostitución y las diferentes tipologías referenciadas en la literatura. Método: Participarán un total de 179 personas, un 44.1 % (n=79) son hombres y 55.9 (n=100) son mujeres con media de edad de 22.3 años (DS= 2.68) y rango de 18-29. La mayoría tiene educación universitaria (72.1 %, n=129), y bachillerato (22.3%, n=40. Un 59.2%, (n=106) se consideran de izquierda o centro- izquierda y un 57.0% (n=102) no eran religiosos o religiosas. Administramos la escala de Motivos para el Consumo de Prostitución y Sexo de Pago (Velikova, Martin-Aragón, Terol Cantero y Vázquez (2021) y una pregunta sobre frecuencia del consumo de prostitución (1=Nunca; 5=Frecuentemente). Resultados: Los resultados preliminares muestran mayor grado de acuerdo con motivos para el consumo de prostitución, cuando es por “novedad, experimentar o cumplir fantasías sexuales” (M=3.77; dt=.978), “sienten una especie de control o dominación que les atrae” (M=3.73; dt=1.08) y “se divierten” (M=3.71; dt=.951). El análisis factorial exploratorio confirmará la representatividad de los diferentes motivos según las 2 tipologías: socializadores y dominadores.