Considerando el alto uso de las redes sociales hoy en día, por parte de la población joven, y dado el valor que se le otorga al cuerpo, el alto control de la imagen corporal puede reflejar preocupaciones en torno al cuerpo, que rebasan los límites de lo normal, lo cual puede deberse a una mayor comparación del cuerpo con el de otros (Fardouly y Vartanian, 2015). Esto puede ser un indicador de riesgo para el desarrollo de TCA, tanto en mujeres como en hombres, como han evidenciado diferentes estudios (Griffiths y col., 2018; Raggatt y col., 2018). No obstante, la presencia de TCA es mayor en mujeres, y son quienes se ven más afectadas por los ideales de delgadez (Uchôa y col., 2019). El uso de redes sociales altamente visuales puede aportar beneficios a los usuarios, cuando posibilita acceso a información de salud, pero también propiciar un ambiente para una percepción negativa del cuerpo, con efectos negativos (Raggatt y col., 2018). El presente es un estudio con adolescentes mexicanos, cuyo objteivo fue estimar un modelo explicativo en torno a las variables del control de la imagen corporal en fotografías y las conductas alimentarias de riesgo. Los resultados indican que el control positivo de la imagen corporal

El sesgo de peso internalizado se define como la introyección sobre los estereotipos y prejuicios hacia los individuos con cuerpos grandes, como, por ejemplo, que son descuidados, poco atractivos o perezosos. En la literatura, se ha demostrado que mientras existan mayores niveles de sesgo de peso internalizado, existirá un peor estado de salud mental; impactando directamente en la insatisfacción con la imagen corporal. El objetivo de la presente investigación es evaluar el efecto que tiene el sesgo de peso internalizado en la insatisfacción con la imagen corporal; en adolescentes del área metropolitana de Monterrey. Participaron 187 hombres y mujeres adolescentes, de 12 a 17 años de educación media superior, quienes fueron evaluados con el Cuestionario de sesgo de peso internalizado, así como con el Cuestionario de las actutudes corporales, además de un toma de datos antropométricos los cuales fueron evaluados en ciego. El estudio encontró una relación positiva estadísticamente significativa entre la insatisfacción corporal y el sesgo de peso internalizado, además de diferencias estadisticamente significativas por grupos de sexo. Por otro lado, las comparaciones por grupos de peso evidenciaron un sesgo de peso mayor en los jóvenes con obesidad, así como mayor insatsifacción en la imagen corporal en los grupos de jóvenes con obesidad. Vivir con obesidad puede llevar a sentir estigma y discriminación por peso, por lo que las personas con problemas de obesidad son mucho más vulnerables a interiorizar estas creencias y estar más insatisfechos con imagen, afectando el bienestar integrak de éstas personas, por lo que se recomienda trabajar con este sector vulnerable.

Los trastornos de la conducta alimentaria se presentan en la población joven como parte de diferentes problemáticas psicológicas, en las que la conducta alimentaria suele ser un efecto colateral a experiencias traumáticas vividas en otras etapas de vida. El presente trabajo es un estudio de caso en el que se detalla la aplicación exitosa de una intervención multifacética para abordar la sintomatología de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) en una paciente de 18 años con Experiencias Adversas en la Infancia (ACEs). La intervención se basó en un modelo de abordaje múltiple que integró diversas bases teóricas y técnicas terapéuticas, incluyendo arteterapia, EMDR, terapia breve, terapia cognitivo-conductual, hipnoterapia y terapia racional emotiva. Se elaboró un plan de intervención de 7 fases, mismas que fueron adaptadas a las necesidades y características individuales de la paciente, abordando tanto la sintomatología del TCA, así como las dinámicas relacionales disfuncionales que fueron detectadas tras la evaluación inicial del paciente, particularmente la relación de doble vínculo con su madre. Los resultados del estudio avalan un enfoque integral y personalizado para tratar TCAs en pacientes con ACEs, lo que podría conducir a mejores resultados en términos de reducción de síntomas y mejora de la calidad de vida.

La imagen corporal es un concepto complejo que abarca diferentes dimensiones de la mente humana, como la percepción, el pensamiento, influida por factores sociales, históricos y personales que pueden generar alteraciones psicológicas como la distorsión, la insatisfacción o la presión por la imagen (Castro-Lemus, 2016). La presente investigación evalúa y compara los niveles de satisfacción con la imagen corporal entre dos tipos de muestras universitarias de la Universidad Autónoma de Chihuahua, ambas del sexo masculino con edades de 18 a 25 años (x̅=21.8 (2.14)), una con participantes deportistas (n=109 (52.6%)) y la otra donde no lo son (n=121(47.4%)). Los resultados nos señalan que ambas muestras son similares en los puntajes de imagen actual x̅=4.12 (0.76) y x̅=4.12 (0.95) e imagen ideal x̅=3.97 (0.42) y x̅=3.96 (0.54), pero difieren en los puntajes de imagen social x̅=4.13 (1.02) y x̅=4.27 (1.31) y en la insatisfacción por la imagen corporal x̅=.45 (.56) y x̅=.63 (.57), el MANOVA no reveló diferencias globales significativas en las puntuaciones de insatisfacción con la imagen corporal (Lambda de Wilks = .963; p <.072; η2 = .37). Ambos grupos se muestran bajos en su imagen ideal, el grupo de no deportistas presenta una percepción mayor de su imagen social y los deportistas tienen menos insatisfacción por su imagen corporal.