Los contextos universitarios poseen una gran complejidad organizativa, debido a la diversidad de sus miembros, a sus diferentes funciones, intereses y objetivos, a la gran jerarquización de su estructura o a los recursos disponibles. El hecho de que haya diferentes sectores entre la comunidad universitaria en constante interrelación y que, en ocasiones compiten por su propio espacio dentro de la misma, hace que exista una gran variedad de tipos y causas de conflictos, que, en muchas ocasiones, la institución los evita. Aunque hay escasas investigaciones que analizan la percepción del estudiantado sobre dichos conflictos, desde cómo lo perciben a cómo se gestionan, está claro que su abordaje es la base para una resolución pacífica de los mismos y el desarrollo de una cultura de paz. El objetivo fundamental de este trabajo es estudiar estos aspectos mencionados, desde una perspectiva internacional, entre facultades de España (Granada, Ceuta y Melilla) y Bulgaria (Sofía), a través del análisis de diferentes grupos de discusión y la elaboración y aplicación de un cuestionario ad hoc, denominado “Cuestionario sobre el Conflicto en la Universidad. CCU”. Por los contextos multiculturales y multirreligiosos en los que se desarrolla este estudio, el simposio se complementa con una perspectiva del conflicto desde el punto de vista religioso y cultural; de las actitudes hacia la convivencia con los menores extranjeros no acompañados y de la relación de la autoestima y los conflictos interpersonales en el alumnado de Educación Superior.

El contexto universitario posee una compleja estructura organizativa donde los conflictos forman parte del día a día de docentes y discentes, aunque son escasas las investigaciones que analizan la percepción del estudiantado sobre los conflictos, desde cómo lo perciben a cómo se gestionan. Además, el abordaje de los conflictos es la base para la una resolución pacífica de los mismos y el desarrollo de una cultura de paz. El objetivo de este trabajo es diseñar un cuestionario ad hoc para conocer la percepción y resolución del conflicto en el alumnado universitario. Para ello, se ha diseñado el “Cuestionario sobre el Conflicto en la Universidad” que consta de 7 bloques: Concepto de conflicto, conflictos más habituales, estrategias de regulación, a quién recurre para su resolución, espacios más conflictivos, espacios y tiempos donde se regulan. Para ello, se ha elaborado un instrumento Para ello, se ha contado con 204 estudiantes de 1º y 2º de los grados en Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Social. Los resultados muestran que el cuestionario es válido y fiable, postulándose como una buena herramienta para conocer la percepción del alumnado universitario sobre los conflictos y trabajar las competencias de la cultura de Paz, si fuera necesaria.

El presente estudio se trata de una revisión de la literatura científica en la que se ha tratado, por un lado, de analizar y justificar la necesidad de formación en temas de conflictos religiosos y culturales. Y por otro, qué prácticas existen que fomenten el buen entendimiento religioso y cultural. Esta necesidad se origina en la creciente diversidad y globalización que caracteriza a las sociedades actuales. Las interacciones entre personas de diferentes antecedentes culturales y religiosos son cada vez más frecuentes, lo que puede dar lugar a malentendidos y tensiones si no se gestionan adecuadamente. Los conflictos religiosos y culturales pueden desencadenar problemas significativos, desde disputas individuales, grupales, comunitarias hasta conflictos internacionales. La comprensión profunda de estas diferencias y la capacidad de manejarlas de manera constructiva son esenciales para fomentar la convivencia pacífica y la cohesión social. En este sentido, la formación en estos temas no solo es una herramienta preventiva, sino también una estrategia de resolución de conflictos. La literatura científica destaca que la educación en conflictos religiosos y culturales promueve la empatía y la tolerancia. Investigaciones muestran que programas de formación bien diseñados pueden reducir los prejuicios y mejorar la capacidad de las personas para comprender y respetar las perspectivas ajenas. Además, estos programas pueden dotar a los individuos de habilidades prácticas para mediar en conflictos y negociar soluciones mutuamente aceptables. La formación en conflictos religiosos y culturales es crucial ya que les permite abordar de manera más efectiva los variados problemas que surgen en entornos diversos.

Uno de los mayores conflictos intrapersonales surge cuando se actúa de forma opuesta a los sentimientos y pensamientos, pero ¿por qué las personas se comportan así? En este trabajo se exponen las razones que llevan a estas formas de actuación y los problemas que surgen por ello. Se puede adelantar que la mayor merma la padece la autoestima, siendo el motor del día a día. Cuando la autoestima está dañada, la persona se siente falta de energía lo que redunda en una actitud más negativa hacia las experiencias vividas. Ni la edad ni la madurez son variables suficientemente importantes para mediar en la autoestima, por tanto, toda la comunidad universitaria puede tener problemas con ella afectando a las relaciones que se establecen tanto entre compañeros (ya sean estudiantes o profesores) como entre diferentes colectivos, como profesores y estudiantes, correlacionando con la forma de resolver los conflictos que pueden desencadenarse en esas interacciones. Por tanto, en esta aportación, se presentará las bases de la autoestima, cómo se actúa de forma incorrecta, en muchas ocasiones, pensando en mantener o mejorar las relaciones interpersonales, aunque la persona acabe dañada y cómo se pueden ir realizando pequeños cambios que mejorarán la forma de sentirse con uno mismo y, a la larga, las relaciones con los demás. Para ello, se ha de trabajar la autenticidad que es definida como la actuación que es acorde a los sentimientos y pensamientos. Puede parecer que esta concordancia es fácil de conseguir, sin embargo, la mayoría de los comportamientos se realizan de forma automática, guiados por creencias, en muchas ocasiones falsas que, a posteriori, generan conflictos intrapersonales cuya mayor consecuencia es, de nuevo, la disminución de la autoestima.

El ser humano se encuentra diariamente, en sus formas de interacción, de comunicación y de relación, numerosos conflictos que debe solucionar y su capacidad para resolverlos es infinita. La universidad no es ajena a estos contextos, puesto que es un agente fundamental de transformación de la sociedad, y por lo tanto, debe ser una de las instituciones que más emplee recursos y formación para abordar dichos conflictos, desde la perspectiva de la Cultura de Paz; su papel en la construcción de la Paz debe ser fundamental. El colectivo del alumnado, debido al proceso de democratización universitaria, ha ido aumentando sus actividades de representación, lo que ha generado mayor competitividad entre los iguales y, por lo tanto, mayor posibilidad de conflictos. Por otra parte, esta institución es sensible y comprometida con las diferentes situaciones mundiales, como se ha demostrado a lo largo de su historia y, más recientemente, con la situación entre Israel y Palestina. En España se conoce poco sobre la experiencia de los estudiantes universitarios en la regulación y resolución de sus conflictos, porque, la mayoría de ellos no se gestionan por los cauces formales que la institución les ofrece. Son escasas las investigaciones en este sentido y las existentes, se dirigen fundamentalmente al uso de la figura del Defensor Universitario o la mediación. El objetivo de este trabajo es estudiar estos aspectos anteriores, desde una perspectiva comparada internacional, con la participación de facultades de España, Bulgaria y Kazajistán.